Francho el Lelo, Así llamaban a Francisco Salinas en su pueblo, donde tenía fama de tonto. Pero hay famas muy mal ganadas. como verá el amable lector.
Viajaba Francho en un vagón de tercera, donde debía de pasar toda la noche, ocupando uno de los asientos del centro.
De pronto, se acercó al viajero que ocupaba el rincón y le dijo con aire misterioso:
- ¿ Quiere usted cambiar conmigo el asiento ?
Y antes que pudiera salir el interrogado de su asombro, añadió:
- Luego le diré a usted la razón.
El viajero, todo sorprendido y sospechando que se trataba de una cosa muy importanye, dejó maquinalmente el asiento y se trasladó al de Francho, con lo cual ésgte pudo dormir tan ricamente.
Muy de madrugada, como el otro viajero no había podido pegar los ojos y estaba ansioso por saber la razón que Francho había ofrecido decirle, le preguntó:
--- Y ahora, ¿ se puede saber por qué me ha propuesto usted el cambio ?
- Si, señor. Porque en este sitio se duerme mucho mejor que en el mío.
CHASCARRILLOS BATURROS
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domingo, 6 de julio de 2014
martes, 17 de junio de 2014
El alcalde y los burros
El alcalde de un pueblo, famoso por su feria de burros, fue comisionado por el Ayuntamiento para cumplimentar a cierto Monarca. El alcalde no era tonto; pero su arenga pareció pesada a los cortesanos, y uno de ellos, por entretener al Rey, burlándose del lugareño, dijo:
- ¿ Tendréis la bondad de decirme qué precio llevan los burros este año ?
El Rey sonrió, el alcalde conoció el papel que se le quería hacer representar, y mirando con desprecio de pies a cabeza al insolente preguntador, le contestó:
- Cuando son de vuestro pelo y de vuestra talla, os aseguro, señor, que nadie los quiere, aunque los ofrezcan a precio muy bajo.
***************
- ¿ Tendréis la bondad de decirme qué precio llevan los burros este año ?
El Rey sonrió, el alcalde conoció el papel que se le quería hacer representar, y mirando con desprecio de pies a cabeza al insolente preguntador, le contestó:
- Cuando son de vuestro pelo y de vuestra talla, os aseguro, señor, que nadie los quiere, aunque los ofrezcan a precio muy bajo.
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domingo, 25 de mayo de 2014
UN BATURRICO
Goyo se escapa de casa y se pasa toda la tarde con otros chicos cogiendo litones.
Por la noche vuelve a casa con los calzones rotos, y su madre, la tía Faustina, le espera con una vara de fresno y le propina una soberana paliza.
- Toma, crianzón malo, que me vas a sacar del mundo por chitano y por soguero.
- Madre, no pegue tan fuerte- dice Goyo llorando alágrima viva-. Dá usté sin compasión.
-¡ Aún pensarás que te pego por mi gusto!
-¡ Rediez, pues por el mío tampoco será !
Por la noche vuelve a casa con los calzones rotos, y su madre, la tía Faustina, le espera con una vara de fresno y le propina una soberana paliza.
- Toma, crianzón malo, que me vas a sacar del mundo por chitano y por soguero.
- Madre, no pegue tan fuerte- dice Goyo llorando alágrima viva-. Dá usté sin compasión.
-¡ Aún pensarás que te pego por mi gusto!
-¡ Rediez, pues por el mío tampoco será !
domingo, 18 de mayo de 2014
DE VISITA
- ¡ Macario !
- ¿ Qué quiés ?
- Amos a vesitar a la boticaria, que estuvo a vernos por Pascua y aun no le hemos güelto la visita.
- ¡ Rediez....! y con lo charradora que es la buena mujer. Me va a levantar un dolor de cabeza como pa mí solo.
- Hala, hala, no hay otro remedio, Pa eso eres alcalde, pa tratate con las presonas prencipales y ser pulítico con todos.
- Pus amos, y sea lo que Dios quiera.
- ¡ Vaya, vaya, ustedes por aquí, cuánto me alegro! ¿ La familia buena ?
- No hay novedad, a Dios gracias. ¿ Y Ustedes ?
- Yo soy la peor.
- Pus lleva usted fama de güena.
- Vamos, no sea usted bromista, se ñor alcalde. Quiero decir que soy la más enferma. Hace un rato que estoy sufriendo conuna cefalalgia.
- ¡ Rediez ! ¿ Y qué es eso de la cejalancia ?
- Un dolor nervioso a la cabeza que no me deja vivir.
El alcalde casi se alegra de la cefalalgia, porque cree que con eso se librará de la charla de la boticaria; pero sale chasqueado, porque durante una hora no suelta la palabra, hasta que los visitantes se levantan para marchar.
- ¡Ay, cuánto les agradezco la visita! -dice la boticaria-.Con su agradable conversación me han hecho ustedes perder el dolor de cabeza.
A lo cual replicó el alcalde:
- Pus no se ha perdido del todo , porque ¡ ya sé yo quién se lo ha encontrao !
- ¿ Qué quiés ?
- Amos a vesitar a la boticaria, que estuvo a vernos por Pascua y aun no le hemos güelto la visita.
- ¡ Rediez....! y con lo charradora que es la buena mujer. Me va a levantar un dolor de cabeza como pa mí solo.
- Hala, hala, no hay otro remedio, Pa eso eres alcalde, pa tratate con las presonas prencipales y ser pulítico con todos.
- Pus amos, y sea lo que Dios quiera.
- ¡ Vaya, vaya, ustedes por aquí, cuánto me alegro! ¿ La familia buena ?
- No hay novedad, a Dios gracias. ¿ Y Ustedes ?
- Yo soy la peor.
- Pus lleva usted fama de güena.
- Vamos, no sea usted bromista, se ñor alcalde. Quiero decir que soy la más enferma. Hace un rato que estoy sufriendo conuna cefalalgia.
- ¡ Rediez ! ¿ Y qué es eso de la cejalancia ?
- Un dolor nervioso a la cabeza que no me deja vivir.
El alcalde casi se alegra de la cefalalgia, porque cree que con eso se librará de la charla de la boticaria; pero sale chasqueado, porque durante una hora no suelta la palabra, hasta que los visitantes se levantan para marchar.
- ¡Ay, cuánto les agradezco la visita! -dice la boticaria-.Con su agradable conversación me han hecho ustedes perder el dolor de cabeza.
A lo cual replicó el alcalde:
- Pus no se ha perdido del todo , porque ¡ ya sé yo quién se lo ha encontrao !
miércoles, 14 de mayo de 2014
Pa tragelar.... los de Ansó
En una calle céntrica estableciéronse en Zaragoza dos restaurats allá por los años 187...
Estaban los dos establecimientos casi frente a frente, y se promovió entre ellos tal rivalidad y competencia, que se comía mucho y bien por poco dinero.
Un montañés de Ansó, mozo alto y recio como una torre, entró en el restaurant de la derecha y preguntó al dueño si le daría de comer todo lo que quisiera por cinco pesetas. Como el precio del cubierto eran tres, no dudó el dueño en aceptar la proposición.
Sentóse el ansotano y comenzó pidiendo una docena de huevos fritos; comió después un plato de pescado, dos de carne, un pollo asado y dos raciones de fiambres, y además se comió el queso y las frutas que presentaron para postre, quedando dispuesto todavía a devorar algo si se lo daban.
El dueño, que le veía comer, todo asombrado, tuvo una idea para fastidiar a su rival: llamó al montañés y le dijo:
-¿ Quiere usted dos duros y se compromete a comer allí enfrente otro tanto que aquí?
- Hombre, ya no pué ser.
- ¿ Es que no se atreve ?
- Pues miusté, la verdad por delante. Cuando entré en esta casa ya había almorzado bien ahí enfrente, y el amo de allí fue el que me dió dos duros pa que viniera a comer otra vez.
-¡ Rediez ! Entonces ya sé quién es usted. El que se comió la ternera entera a juerza de pan.
- Hombre, si me cogiera un día con hambre, no diré yo que no me la comiera con una güena ensaladica.
Estaban los dos establecimientos casi frente a frente, y se promovió entre ellos tal rivalidad y competencia, que se comía mucho y bien por poco dinero.
Un montañés de Ansó, mozo alto y recio como una torre, entró en el restaurant de la derecha y preguntó al dueño si le daría de comer todo lo que quisiera por cinco pesetas. Como el precio del cubierto eran tres, no dudó el dueño en aceptar la proposición.
Sentóse el ansotano y comenzó pidiendo una docena de huevos fritos; comió después un plato de pescado, dos de carne, un pollo asado y dos raciones de fiambres, y además se comió el queso y las frutas que presentaron para postre, quedando dispuesto todavía a devorar algo si se lo daban.
El dueño, que le veía comer, todo asombrado, tuvo una idea para fastidiar a su rival: llamó al montañés y le dijo:
-¿ Quiere usted dos duros y se compromete a comer allí enfrente otro tanto que aquí?
- Hombre, ya no pué ser.
- ¿ Es que no se atreve ?
- Pues miusté, la verdad por delante. Cuando entré en esta casa ya había almorzado bien ahí enfrente, y el amo de allí fue el que me dió dos duros pa que viniera a comer otra vez.
-¡ Rediez ! Entonces ya sé quién es usted. El que se comió la ternera entera a juerza de pan.
- Hombre, si me cogiera un día con hambre, no diré yo que no me la comiera con una güena ensaladica.
domingo, 4 de mayo de 2014
UNA SALIDA NATURAL
En la plaza de Ayerbe estaban riñendo varios mozos, divididos en dos bandos, y la cuestión tomaba caracteres bastante serios, amenazando con terminar en una batalla campal.
El que sostenía el palenque de una parte era una tal Marianico, que tenía fama de ocurrente y en ocasiones hacía reir a las piedras con sus salidas.
Su contrincante, más violento que él, harto ya de razones y queriendo, sin duda, pasar a vías de hecho, se encaró con Marianico y, en tono de reto, con cara fosca y ademán decidido, le dijo:
- Güeno, y si ahora voy yo y te puncho, ¿ qué harás tú ?
Cuando todos esperaban que Marianico iba a contestar agresivamente, vieron que, lejos de perder la calma, contestaba con la mayor naturalidad.
- Si me punchas....... ¡ echar sangre !
Esta salida inesperada, de la cual rieron hasta los contrarios, tuvo vastante eficacia para desviar la tormenta y lo que comenzó en pendencia terminó en una lifara fraternal.
El que sostenía el palenque de una parte era una tal Marianico, que tenía fama de ocurrente y en ocasiones hacía reir a las piedras con sus salidas.
Su contrincante, más violento que él, harto ya de razones y queriendo, sin duda, pasar a vías de hecho, se encaró con Marianico y, en tono de reto, con cara fosca y ademán decidido, le dijo:
- Güeno, y si ahora voy yo y te puncho, ¿ qué harás tú ?
Cuando todos esperaban que Marianico iba a contestar agresivamente, vieron que, lejos de perder la calma, contestaba con la mayor naturalidad.
- Si me punchas....... ¡ echar sangre !
Esta salida inesperada, de la cual rieron hasta los contrarios, tuvo vastante eficacia para desviar la tormenta y lo que comenzó en pendencia terminó en una lifara fraternal.
lunes, 28 de abril de 2014
EN LA POSADA
El tío CERATO, de Biscarrués, marchó a Zaragoza a hacer compras, y paró en una posada del Arrabal para tener más cerca la estación del ferrocarril.
En dos días despachó sus asuntos y decidió marcharse al siguiente en el tren de las siete de la mañana, porque tenía que ir a la boda de un pariente suyo en Plasencia.
La víspera del viaje ocurriósele ir al teatro Principal, y como salió a la una y pico de la madrugada y no quiso acostarse sin comer unos muñuelos, al llegar a la posada eran las tres de la mañana y le encargó al mozo que le llamara para embarcar en el tren de las siete.
Al mozo se le fue, sin duda, de la memoria el encargo (era un baturrazo de los del Arrabal) y ya eran las siete bien dadas cuando llamó a la puerta del cuarto del tío CERATO y le dijo:
-¿ Es usted el que tenía que marchar en el tren de las siete ?
- ¡ Sí señor ! ¿ Es hora ?
- Pus siga usted durmiendo, porque el tren acaba de pitar ahora mesmo.
En dos días despachó sus asuntos y decidió marcharse al siguiente en el tren de las siete de la mañana, porque tenía que ir a la boda de un pariente suyo en Plasencia.
La víspera del viaje ocurriósele ir al teatro Principal, y como salió a la una y pico de la madrugada y no quiso acostarse sin comer unos muñuelos, al llegar a la posada eran las tres de la mañana y le encargó al mozo que le llamara para embarcar en el tren de las siete.
Al mozo se le fue, sin duda, de la memoria el encargo (era un baturrazo de los del Arrabal) y ya eran las siete bien dadas cuando llamó a la puerta del cuarto del tío CERATO y le dijo:
-¿ Es usted el que tenía que marchar en el tren de las siete ?
- ¡ Sí señor ! ¿ Es hora ?
- Pus siga usted durmiendo, porque el tren acaba de pitar ahora mesmo.
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