viernes, 7 de octubre de 2011

EN LAS FIESTAS (MONÓLOGO BATURRO)

¿ Aún estás sin apañate?
¡ Qué calmuda eres Manuela !
Ya no me ocurre en la vida
golvéte a traer de fiestas.
No vamos a ver ni miaja
de lo güeno de esta tierra
y cuidao que hay aquí cosas
que no las hay en La Puebla,
ni en Mediana, ni en Belchite
ni aún en Caspe si te empeñas,
como la Virgen, el Coso,
El Aseo, la ribera,
la estaúta de Pignatelli,
y el nuevo puente del Güerva
y en la calle de San Pablo,
que es una calle que deja
atrás, en lo respetive
a larga, a limpia y a drecha,
a la mejor que haiga en Ricla
y eso que allí las hay güenas.
Ya lo irás viendo espacico,
pero hace falta que seas
más estuta pa vestíte
porque llevas hora y media
mirándote en el espejo,
y si te andas con majencias,
los juegos arteficiales
bien puá ser que no los veas,
pues prencipian a las siete
a cebar la primer rueda
y han dau las tres hace una hora
y en el Coso, en las aceras,
no vas a encontrar un sitio
pa sentate, conque arrea.
Ya sabes que hay que ir a casa
del deputao, a dale esas
torticas y esos churizos
que le traímos, pa que vea
que semos agradecidos,
y te escriba una tarjeta
pa dir mañana a la Inclusa
a que nos paguen las perras
que por el crío nos deben
dende el año del colera,
que güena falta nos hacen
pa estos días en que hay fiestas.
¿Que aspere? ¡ Osús que trebajo!
¿Que haces? ¡Mía que es ocurrencia!
¿Pues no se está ahora painando
cuando no hace tan siquiera
media docena de días
que se ha peinau en La Puebla?
Hala, arrecógete el moño
aprisica, como puedas,
y andando, si no..... me temo
que me dé la turruntela
d'ir a la estación de Capa
a faturate en pequeña.
Eslije, pues. ¿Has concluido?
¡ Alabau sea Dios! ¡Ea!
Vamos anduviendo. Ponle
al crío por la cabeza
un pañolico, que hace
dende ayer un gris que cuerta
y pué costipase. Dale
la manica a la Ruperta
no se esbarice y se esnuque
al bajar por la escalera
Is espacio, que está escuro.
Uno...dos... ¡Cuidau Manuela,
no batas al chico y le hagas
sin querer una cuquera.

******************************
Ya himos llegau a la calle
¿No sabes que calle es esta?
La de la Ilarza. ¿ Te ríes?
Ya pues crélo, ya; y aquella
plaza tan grande, es la plaza
del Mercau. Vamos a véla.
Metéisus aqui, en los porches.
Cuidau, mujer, que atropellas
a ese carro. Té, Celipe,
agárrate a mí, no sea
que te asusten los gigantes
que ya deben estar cerca
pues se está oyendo la gaita.
Van los chicos a docenas.
Si toos se golviesen mulas,
u tocinos u borregas
y te los daran a tú
y a perrica los vendieras,
ni en el pajar ni en la cuadra
te caberían las perras.
No te asepares, Celipe
de mi lao. Y tú, Ruperta,
no te acerques a los puestos
y no toques esas peras
que no son tuyas. ¡ Qué crias!
¡ Ni al cielo se pué ir con ellas !
Amos a entrar por la calle
de la Albardería. Arrea
con el crío, y miá qué tiene
que hacer ya más de hora y media
que está berrequeteando. Ponle
el dedo en la boca y deja
que lo chupe a ver si calla.
¡ Se necesita pacencia
pa dir con vusotros! ¡Otra!
¡S'ha quedau atrás! ¡ Manuelaaaaa !
¿ Quiés venir ? ¡ Pues no se para
a hablar con la quincallera !
¡ Cuidau que eres gaita ! ¿ Qué ices ?
¿ Que te deje un par de perras
pa un carrete d'hilo? Toma.
Te alvierto que no me queda
del dinero que trujimos
na más que cuatro pesetas
y hemos de comer seis días;
amás de que yo quisiera
dirme una tarde a los toros
a ver al Villa y al Guerra
y hay que comprále alpargatas
al agüelo. Y a la agüela
ya sabes que l'ofrecistes
un poñolico de seda;
y has de llevar pa la Antonia
seis varas de trenzadera
pal corsé, y al tio Cerilo
tamién me encargó unas medias
y la albarda pa tu primo,
la cabezada pal Greñas
y a tu hermana la Polonia
le has de comprar la lendrera
porque tiene muchos chicos
y no pué pasar sin ella.
Conque miá tú cómo gastas
pues por gromas u por veras
en tres días se me han ido
lo menos catorce perras.
¿ Oyes lo que te digo ? ¡ Toma !
¡ Si se ha sentau en la cera !
¡ Devántate ! Que hoy no sale
procesión ¡ Qué mujer esta !
¿ Te cansas ? ¿ Pues por qué sales
ni pá que vienes a fiestas?
Hala, hala; vamos andando
que pa ponete contenta
sus voy a entrar un ratico
al café de París. Entra;
sentaisus. Limpia al pequeño
que ha estornudau. ¿ Tiés banqueta ?
Pues asientate si gustas.
¡ Mozo !..... Tenga usté muy güenas
Sáquenos unas copicas
de aguardiente.... Oye ¿ es aquella
la Gaspara? Me ha paicido
por lo gorda y por lo fea.
¡Pequeño, a ver si estás quieto,
que me duele la cabeza
y no para en tó el día
de chuflar y de dar güeltas!
Hazle callar a ese crío,
dale lo que te apetezga.
El aguardiente es muy sano
y me gusta que lo beba
porque quió que s'acostumbre
a tó. Si aluego revienta
mejor, así estará libre
de aguantaros. ¡ Quién pudiera
hacer lo mesmo! Al avío.
¿ Habís acabau? Pues ea,
que hay que ir al Pilar un rato
con Celipico y Ruperta
pa que echen unos centimos
a la Virgen, por la verja,
pa que cuide de tu hermano
que estará el probe en la guerra.
¡ Tengo yo más fé en la Virgen
que tó lo del mundo! Aspera
que llame al mozo. ¡Güen hombre!
¿ Cuanto es esto ? ¡ Una peseta !
Ya hará usté alguna rebaja
si desea usté que güelva.
Amos p'alante. ¿ Que ocurre ?
¿ S'ha dormido la pequeña?
¿ Que tú estás mala ? ¿ Te cansas
de llevala siempre acuestas?
¿ Que quiés ite a casa? Güeno,
pues amos pa casa......Arrea....
Pero ya pués despedite
de Zaragoza y de fiestas.
¡ Con mujeres y con crios
no salgo más de la Puebla !

ALBERTO CASAÑAL SHAKERY
Cuentos de Calzón Corto

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