Me está tirando de las entrañas,
demandando comida que no consume,
cortándome el aliento con sus cristales,
poniéndome contra el oleaje.
Es fuego y serpientes,
vino y manzana,
su eco son gaviotas mendigando los restos del naufragio
y nosotros, dos vidas atadas,
un adiós olvidado en una puerta giratoria,
una memoria indecente que no se encuentra,
un arrebato de brazos cruzados,
la voluntad que al sentir se agota,
una maleta pesada de dimes y diretes,
tal vez y sin darle más vueltas,
una excusa sorda.
VANESA MARTÍN
Mujer Océano
2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario