domingo, 14 de enero de 2018

EL CRISTO DE VELÁZQUEZ

Banderillero desganado.
Las gudejas del sueño cubren tu ojo derecho.
Te quedaste dormido con los brazos alzados,
y un derrote de Dios te ha atravesado el pecho.

Un piadoso pincel lavó con leves
algodonoes de luz tu carne herida,
y otra vez la apariencia de la vida
a florecer sobre tu piel se atreve.

No burlaste a la muerte. No pudiste.
El cuerno y el pincel, confabulados,
dejaron tu derrota confirmada.

Fue una aventura absurda, bella y triste,
que aún estremece a los aficionados:
¡ qué cornada, Dios mío, qué cornada!

ÁNGEL GONZÁLEZ
La Primavera avanza
Antología

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