miércoles, 28 de mayo de 2014

Cien sonetos de amor (LXXIII)

RECORDARÁS tal vez aquel hombre afilado
que de la oscuridad salió como un cuchillo
y, antes de que supiéramos, sabía:
vió el humo y decidió que venía el fuego.

La pálida mujer de cabellera negra
surgió como un pescado del abismo
y entre los dos alzaron en contra del amor
una máquina armada de dientes numerosos.

Hombre y mujer talaron montañas y jardines,
bajaron a los ríos, treparon por los muros,
subieron por los montes su atroz artillería.

El amor supo entonces que se llamaba amor.
Y cuando levanté mis ojos a tu nombre
tu corazón de pronto dispuso mi camino.

PABLO NERUDA
1904-1973


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